LOS PRESTIDIGITADORES

POR:

IVÀN DELGADO MARTÌNEZ

La humanidad en su transito històrico, ha tenido que recurrir a una serie de interpretaciones explicables en el tiempo, con la finalidad de comprender al mundo, la sociedad y al hombre en su intrincado devenir, que surge desde el animismo primitivo hasta llegar al idealismo subjetivo, pasando por todas las interpretaciones metafìsicas. Por supuesto, a veces bastante arcaicas en atenciòn los criterios enunciados y a los planes argumentativos llevados a cabo por falsos exègetas de la evoluciòn socio-cultural.

Por tanto serìa tedioso y si se quiere inùtil pretender detalladamente analizar actitudes, posiciones y principios del animismo, del teìsmo y de las creencias primitivas de las cuales, obviamente, se debe encargar la antropologìa social y cultural, para desentrañar oscuros conflictos existenciales del agnosticismo incapaz de interpretar racionalmente al mundo. Por eso para la dialèctica marxista, sòlo existen cosas conocidas y cosas por conocer: es decir, no existe lo incognoscible.

Esto hace que muchas personas, ante la "incognoscibilidad del mundo", intentan atribuir a una potencia extraña (fenòmeno de la alienaciòn) lo que constituye su propia esencia. De allì que la magia, la parasicologìa ingenua, etc., que quieren vender como verdad, no constituyen herramientas vàlidad para intentar
desacreditar los cambios finiseculares experimentados en este "CAMBIO DE EPOCA" dinamizador de la revoluciòn ciudadana.

Es por eso, por ejemplo, que el asambleista Leonardo Viteri diga: "primero veo volar a un burro antes de ver terminado el puente de Bahìa de Caràquez". Y claro no no lo podìa creer, porque el piensa que obras de esa magnitud es asunto de magia y no de decisiòn polìtica de un gobierno de manos limpias y corazones ardientes por la patria.

Del mismo modo, no pueden dar crèdito de las carreteras construìdas. Las escuelas, hospitales, hidroelèctricas, puertos, aeropuertos, etc., etc. que no son obras de magia sino dedicaciòn profunda de hombres y mujeres dedicados al servicio de la patria.

Lo que si es obra de prestidigitadores y de magos del embeleco, es la vieja pràctica de los saltimbanquis de la polìtica y de sus oficiosos aliados, que de la noche a la mañana, en menos de lo que dura un fugas pestañeo, se hicieron ricos sacando el conejo de oro de la chistera.