viernes, 6 de mayo de 2011

LA FRAGILIDAD DE LA POLÌTICA



POR: IVÀN DELGADO MARTÌNEZ

Una de las enormes debilidades de la política ecuatoriana, que constituye un impedimento para el desarrollo social y el progreso económico, indiscutiblemente es la fragilidad evidente de los partidos políticos manejados, salvo honrosas excepciones, por una caterva de demagogos y de dirigentes improvisados y corruptos que no pasan los "mínimos controles de calidad".

Ha esta situación se la cataloga con acertado calificativo de caudillismo, populismo, partidocracia, etc., porque simple y llanamente el ejercicio perverso de la política bajo esta sui géneris circunstancias, no es otra cosa que burda demagogia, chato oportunismo y clientelismo de la peor especie, generando un ambiente tenso de incertidumbre, desasosiego e incredulidad.

Diríase que este fenómeno es un mal que nace con la república, se afianza en los años de la vida "independiente", se agudiza (a pesar de la extraordinaria Revolución Alfarista) luego con el advenimiento de los llamados partidos modernos y hace crisis con la irrupción brutal de los populismos y la partidocracia corrupta hasta llegar al colapso del deterioro de los partidos cupulares con las consecuencias conocidas.

A esto es lo que Rodrigo Borja llama acertadamente partidos de gente rica con clientela de pobres, donde se manipula al soberano a través de la tarima, con el embeleco de la dádiva generosa y con la desembozada compra de la conciencia en el altar de las consabidas ferias electorales, que no son otra cosa que fallidos ensayos de la democracia formal-representativa de triste recuerdo para los ecuatorianos.

Con todo esto es que hay que romper en este CAMBIO DE ÉPOCA que le asiste al Ecuador y a toda América Latina, estimulado por principios ideológicos como el Socialismo del Siglo XXI, que reivindica el derecho de la Revolución Ciudadana para construir una patria altiva y soberana. Esta es la razón de por qué es necesario votar SI en el referendo y la consulta para construir la patria nueva. Para romper con viejos y anquilosados paradigmas que inmovilizan a la sociedad.

Portoviejo, 6 de mayo del 2011

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