POR: IVÀN DELGADO MARTÌNEZ
Ya al final de la campaña por el referendo y la consulta, es destacable señalar que el presidente Correa fue el primero y tal vez el único, junto a su movimiento en ciernes y a las organizaciones aliadas, en promover el debate de ideas y principios, para que la ciudadanía en ejercicio pleno de la democracia participativa y deliberativa, que es el "poder público en público", puede y deba analizar todas y cada una de las diez preguntas, para luego llegar a las urnas con los suficientes elementos de juicio a ejercer su derecho ciudadano.
A diferencia de la oposición cerril (la partidocracia, los mas-media y la izquierda adolescente) que hace uso de la política espectáculo y de la telebasura para embaucar al pueblo con la tiranía de los spots y el terrorismo mediático, Correa, como proponente del método de democracia directa, desarrolla una serie de eventos (mesas redondas, encuentros, debates, charlas educativas, etc.,) en universidades, sindicatos, asociaciones de campesinos, etc., para promover la inteligente controversia que seguramente nos llevará a muchos a votas SI en el referendo de la consulta en beneficio de la patria.
La respuesta ciudadana es hasta ahora contundente, porque de manera altiva rechaza la demagogia que reiteradamente ofrecen los magos del embeleco, a través de la telecracia y la dádiva "generosa" para intentar torcer la voluntad del pueblo al que siempre han engañado. Ahora, felizmente, existe un pueblo empoderado de su revolución dispuesto a reivindicar sus derechos conculcados.
Sería largo enumerar los eventos que se han venido realizando, donde a todo nivel se discute, con pasión de carbonario, los argumentos sobre la enmienda al numeral 9 y al artículo 77 de la Constitución, respecto a la caducidad de la prisión preventiva, sobre las medidas sustitutivas a la prisión preventiva, sobre la prohibición al sistema financiero y a las empresas de comunicación, ámbito de su competencia.
También sobre la conveniencia de la acabar con el sistema corrupto de la función judicial, donde jueces tarifan sentencias, evitar el enriquecimiento privado injustificado, penalizar a patronos que no afilian a sus trabajadores al seguro y demás preguntas que el pueblo analiza y reflexiona, aunque se piense que éste es ignorante y desmemoriado.
Por todas estas razones, debemos votar SI en el referendo y la consulta que únicamente busca profundizar la revolución ciudadana.
Portoviejo, 6 de mayo de 2011
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