miércoles, 26 de enero de 2011

LA NUEVA CONSULTA POPULAR

Los probables vacios de la constituciòn, que segùn dicen fue elaborada al apuro; las limitaciones de la Asamblea y de los asambleistas para tomar decisiones, debido a un cùmulo de causas que en otro momento habrà que abordar y los acontecimientos econòmicos, sociales, polìticos, jurìdicos, etc., que seguramente requieren de mayor celeridad en su tratamiento, abocan al presidente Correa a recurrir al arbitrio legal y constitucional de consultar al soberano, mediante referendum, plebiscito o consulta popular.

Preguntar a los ciudadanos, como frontal y transparentemente lo hace el presidente Correa sobre temas de vital importancia para el paìs, con la finalidad de garantizar la marcha armònica del Estado ecuatoriano, recurriendo a la participaciòn ciudadana como mecanismo vàlido muy diferente a los mètodos de la democracia burguesa delegativa, ciertamente constituye un acto supremamente democràtico, participativo y directo, como corresponde a una democracia con nuevos y modernos contenidos esenciales.

No existe mejor sistema, mètodo o forma vàlida de corregir falencias y limitaciones que recurrir, cuando resulta indispensable, a la consulta al pueblo, al Estado llano, sobre temas importantes para la vida democràtica. Sobre todo, cuando desde la funciòn legislativa y demàs instancias del poder constituìdo se provocan problemas, obstrucciones y cortocircuitos que frenan los cambios necesarios y posibles para llevar a cabo las reformas estructurales y superestructurales para implementar la revoluciòn ciudadana y el socialismo del siglo XXI.

Ya saldràn, como Jùpiter Tonantes, los agenciosos agoreros de la desolaciòn y el desastre (los seudos constitucionalistas, periodistas tarifados, polìticos fracasados, etc.) como es su fea y roñosa costumbre. Tambièn la oposición cerril criticarà al presidente al presidente Correa catalogàndolo de tirano, fascista, demagogo e irresponsable, que pretende concentrar el poder total para satisfacer su ego y su afàn desmedido de gloria, para imponer luego -dicen- un modelo que atenta contra la propiedad privada, sin entender que lo que se busca es provocar los cambios radicales, ràpidos y profundos en la intenciòn de construir una patria altiva y soberana para todos los ecuatorianos.

Hay que mantener una actitud centinela frente a los posibles actos de sabotaje, guerras mediàticas millonarias costeada por la oligarquìa y el imperio, intentos desestabilizadores provenientes tanto de la derecha dura como de la izquierda inmadura puesto que, sea dicho con verdad, los extremos se tocan. Estos intentaràn confundir al pueblo con la tiranìa de los spot subliminales y la propaganda sediciosa para intentar invalidar el contenido de las preguntas de la consulta y del referendum, que no tiene otro objetivo que reivindicar derechos conculcados.

IVÀN DELGADO MARTÌNEZ