martes, 26 de julio de 2011

LA POLÌTICA Y LA POLITIQUERÌA

POR:
IVÀN DELGADO MARTÌNEZ

Debatir sobre la polìtica considerada ciencia del gobierno de los Estados, indiscutiblemente es una manera eficaz para la acciòn y un mètodo idòneo para instrumentar la democracia plena. Del mismo modo, criticar la politiquerìa, que constituye perversiòn y una burda banalización del llamado arte y ciencia de gobernar en sentido de los altos objetivos nacionales, nos obliga al análisis sereno y a la crìtica firme sobre estas pràcticas perversas en bien de los objetivos superiores de este proyecto ciudadano que busca construir la patria nueva.

A manera de apoyo respecto al tema señalado, es pertinente indicar "que hay hombres que hacen polìtica y otros que en vez de hacerla se dedican a pensar sobre ella". Por esta razòn Torcuato Fernàndez-Miranda dice que J.J. Rousseau, no sin cierto humor, señalaba esa distinciòn al comienzo del "Contrato Social": "Se me preguntarà si soy prìncipe o legislador para escribir sobre polìtica. Yo respondo que no, y precisamente por esto por lo que escribo sobre polìtica. Si fuera prìncipe o legislador no perderìa el tiempo en decir que que hay que hacer; lo harìa o me callarìa".

Por tanto la actividad polìtica sustentada en el saber, el pensar y el debatir polìtico, comunmente es la forma moderna de dar soporte a la actividad de los partidos y organizaciones encargadas de llevar a cabo las demandas ciudadanas que aspiramos una sociedad màs justa, participativa y èticamente organizada; pero el manejo demagògico, clientelar y por ende polìtiquero, ùnicamente sirve para distorsionar y estimular al polìtica improvisado que, como afirma Facundo Cabral: "Es el màs peligroso de los boludos, porque el boludo demagògico piensa que el pueblo es boludo".

Para evitar degenerar la polìtica y convertirla en tosca politiquerìa,
como ha venido ocurriendo (con las excepciones de la regla) es necesario llevar el debate polìtico a la plaza pùblica y pensar seriamente en la organizaciòn del partido y/o el movimiento con estructura sòlida y con una militancia ideològicamente bien informada y disciplinada, puesto que, es necesario insistir, sin partido polìtico el ejercicio del poder tiende a complicarse. La polìtica -entonces- "està encaminada a construir un orden que ha de ser entendido como un orden fundamental, esto es, aquel en que reposa la armonìa y vida del grupo".

Portoviejo, 24 de julio de 2011

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