POR:
IVÀN DELGADO MARTÌNEZ
Cuando el presidente Rafael Correa tilda a ciertos medios y a periodistas de sicarios de la tinta y la palabra en sus comparecencias sabatinas, catalogadas "INSULTADERA DE LOS SÀBADOS", recurre al eufemismo como recurso, para calificar de sicarios de tinta a los llamados medios "libres" e "independientes", que dizque defiende la libertad de expresiòn; pero que todos sabemos limitan el derecho a la opiniòn y a la informaciòn veraz, oportuna, contextualizada y con responsabilidad ulterior.En el fondo, como a la postre ha quedado demostrado hasta el cansancio, es que personas como Emilio Palacio y un grupo de "comunicadores" muy bien billetados, catalogados peyorativamente como periodistas estrellas, se dedican a troche moche al pretender desacreditar al presidente Correa, a la revoluciòn ciudadano y al socialismo del siglo XXI, por encargo de la oligarquìa y de los poderes invisibles, llamados tambièn poderes fàcticos, en asocio con el imperio y las corporaciones trasnacionales, con la finalidad de frenar al "socialismo carnìvoro" que pone en peligro al capitalismo "salvaje" y "cìnico" del que son usufructuarios.En carta a un conocido director y dueño de un importante medio de comunicaciòn decìa, respecto al affaire Correa-Palacio-Universo, que debido al sonado juicio instaurado por injuria temeraria y calumniosa, era necesario mejorar el nivel de informaciòn y comunicaciòn, para desde esa perspectiva ir creando el ambiente apropiado para el ejercicio de un periodismo objetivo, plural, responsable y ajustado a valores èticos".Tambièn sugerì, coincidiendo con la "CRÒNICA DE UN CORREAZO ANUNCIADO" donde Carlos H. Bruch expresa haber aconsejado a los directivos de Diario El Universo para que mejore su rol comunicacional deteriorado por sus "consiglieris", a otro conocido director y dueño de un diario importante, en el sentido de que es necesario corregir procedimiento, salvando las distancias y los desacuerdos. En esa oportunidad me permitì hacer observaciones en la intenciòn de mejorar la lìnea editorial, porque me parecìa muy cargada en favor de la oposiciòn cerril con evidentes fallas argumentales.De modo tal que llamar a ciertos medios terroristas mediàticos y sicarios de la tinta y la palabra, no es simplemente un eufemismo, un recursos retòrico, sino un calificativo acertado que encaja como anillo al dedo, dado la virulencia, la falta de ètica y profesionalismo conque asumen el rol de desinformar, agredir, distorsionar la verdad y convertir al periodismo en "UNA CARNICERÌA MEDIÀTICA".
Portoviejo, 25 de julio de 2011
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