miércoles, 13 de julio de 2011

EL ASESINATO DE UN JILGUERO

POR:
IVÀN DELGADO MARTÌNEZ 

Podría decir (y no es aventurado afirmar) que el violento asesinato, fortuito o premeditado, contra Facundo Cabral es consecuencia de una sociedad enferma de poder irracional, donde existen, para ponerlo en términos forenses, autores, cómplices y encubridores que son parte de este hecho repudiable que conmueve y asusta; porque seguramente existe tras de todo esto una colectividad que se ha ido degradando conforme se deteriora la sociedad capitalista, que fija como meta el dinero y la vida dispendiosa. Por eso decía F. Cabral, embajador de la paz, "que el dinero debe tener fecha de caducidad para evitar la codicia". 
Pero a pesar de todo esto, nada se dice del origen del mal y menos que bajo las circunstancias de caos moral y quemeimportismo, poco se ganaría con dar con el paradero de aquellos asesinos que directa o indirectamente troncharon la voz del cantor de la denuncia y la esperanza, si es que día a día, con nuestras acciones y omisiones, estamos contribuyendo con los espesos caldos de cultivo para que exista un mundo desigual poco a nada solidario y por ende individualista y violento. 
El trovador, que repito fue nominado por las naciones Unidas emblema de paz y concordia, muere paradòjicamente de manera trágica y violenta, no obstante haber proclamado el amor y la solidaridad como‬

permanentemente anunciaba en sus canciones y reflexiones poéticas. El solía decir: "No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita". También aseguraba, emulando a San Francisco de Asis, que el "deseaba muy poco y lo poco que deseaba, lo deseaba poco". 
Ciertamente que mucho podemos decir en la memoria de Facundo Cabral en su face irreverente, cuando criticaba "al boludo demagógo que piensa que el pueblo es boludo", y de hecho ya  se escribe sobre sus protestas, sus canciones y sus sentidas reflexiones que son un canto a la vida, porque supo sortear las adversidades, sin amarguras, enfrentando la vida con valor y templanza. 
 
Por lo tanto sólo cabe agregar, usando las palabras del cantor: "¿Quién podría decir que Jesús esta muerto? No hay muerte...hay mudanza. Y del otro lado te esperan gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados".‬
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Portoviejo, 12 de julio de 2011  ‬









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