POR:
IVÀN DELGADO MARTÌNEZ
He intervenido en la red social facebook ex profeso, con la finalidad de tratar de entender el comportamiento sociológico de un segmento muy pequeño de la población (especialmente la juventud), probablemente un 10% que accede al Internet y que, en su mayoría, corresponden a sectores medios, medio altos y altos que están en capacidad costear está tecnología de punta.
Mi experiencia como "investigador" laico, es decir nada académico y tampoco profesional, me llevó a concluir que esta red, al igual que otras, está dedicada a las más elementales banalidades y usos subalternos, y un sector reducido a temas más "serios" como la política y otros menesteres, bajo el estímulo de ciertos políticos deshonestos, periodistas indecorosos y profesionales ingenuos e irascibles que hacen uso indebido de esta herramienta.
Todos ellos bajo el influjo de estereotipos mass-mediáticos recurren a la emocionalidad irracional para en la simplicidad argumental, hacer creer que, por ejemplo, el Che Guevara es fue un criminal sanguinario, Salvado Allende un dictador comunista, a pesar que fue derrocado por un tirano sanguinario; Fidel Castro es el "Caín de América", que Correa es un tirano, ladrón e irresponsable, que la revolución ciudadana es un plan estatizador y que los seguidores del socialismo del siglo XXI somos unos fanáticos comunistas, aborregados por las lengua fosfórica y volcánico del líder del "socialismo carnívoro". Sin contar con los adjetivos hirientes y las cerdosas calumnias.
Pero no todo es malo, pernicioso y dañino, como muchos agoreros de la desolación y el desastre que pretenden sembrar dudas interesados por crear el desconcierto. He comprobado también que una parte importante de cibernautas opinan con sindéresis, patriotismo y responsabilidad ciudadana, porque tienen esperanza en el país, confianza en sus líderes (especialmente Correa) y la determinación de vivir en una democracia plena, que se anuncia popular, participativa, deliberativa y sustentada en nuevos contenidos esenciales.
Será una buena oportunidad provocar corrientes de opinión que ayuden a entender la política como una ciencia social (la politología) que promueva el debate de ideas sin llegar a la agresión y descalificación inútil. También es pertinente comprometerse a investigar el fenómeno social para evitar la improvisación y la propalación de ideas alejadas del rigor histórico, político e ideológico para elevar el tono del debate y la difusión de principios.
IVÀN DELGADO MARTÌNEZ
He intervenido en la red social facebook ex profeso, con la finalidad de tratar de entender el comportamiento sociológico de un segmento muy pequeño de la población (especialmente la juventud), probablemente un 10% que accede al Internet y que, en su mayoría, corresponden a sectores medios, medio altos y altos que están en capacidad costear está tecnología de punta.
Mi experiencia como "investigador" laico, es decir nada académico y tampoco profesional, me llevó a concluir que esta red, al igual que otras, está dedicada a las más elementales banalidades y usos subalternos, y un sector reducido a temas más "serios" como la política y otros menesteres, bajo el estímulo de ciertos políticos deshonestos, periodistas indecorosos y profesionales ingenuos e irascibles que hacen uso indebido de esta herramienta.
Todos ellos bajo el influjo de estereotipos mass-mediáticos recurren a la emocionalidad irracional para en la simplicidad argumental, hacer creer que, por ejemplo, el Che Guevara es fue un criminal sanguinario, Salvado Allende un dictador comunista, a pesar que fue derrocado por un tirano sanguinario; Fidel Castro es el "Caín de América", que Correa es un tirano, ladrón e irresponsable, que la revolución ciudadana es un plan estatizador y que los seguidores del socialismo del siglo XXI somos unos fanáticos comunistas, aborregados por las lengua fosfórica y volcánico del líder del "socialismo carnívoro". Sin contar con los adjetivos hirientes y las cerdosas calumnias.
Pero no todo es malo, pernicioso y dañino, como muchos agoreros de la desolación y el desastre que pretenden sembrar dudas interesados por crear el desconcierto. He comprobado también que una parte importante de cibernautas opinan con sindéresis, patriotismo y responsabilidad ciudadana, porque tienen esperanza en el país, confianza en sus líderes (especialmente Correa) y la determinación de vivir en una democracia plena, que se anuncia popular, participativa, deliberativa y sustentada en nuevos contenidos esenciales.
Será una buena oportunidad provocar corrientes de opinión que ayuden a entender la política como una ciencia social (la politología) que promueva el debate de ideas sin llegar a la agresión y descalificación inútil. También es pertinente comprometerse a investigar el fenómeno social para evitar la improvisación y la propalación de ideas alejadas del rigor histórico, político e ideológico para elevar el tono del debate y la difusión de principios.
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