lunes, 5 de diciembre de 2011

¿A DÓNDE VAN LOS IMPUESTOS?


IVÁN DELGADO MARTÍNEZ

Los sectores poderosos (los im-exportadores, comerciantes, industriales y banqueros) sostienen con mucha malicia que los impuestos sirven, de manera preferencial, para engordar la caja fiscal que se utiliza para solventar el gasto dispendioso con fines netamente electoralistas y clientelares. Por esta razón, y escudados en falaces argumentos, justifican su falta de cultura tributaria y su proverbial tendencia evasora, cuando en realidad el cobro de tributos es un mecanismo que se remonta en la historia y por el cual se dice que "el impuesto es la deuda común del ciudadano, y el precio de las ventajas que la sociedad proporciona".

Es cierto que tradicionalmente gobiernos antipopulares y de derecha, casi siempre aliados a la oligarquía, al poder mediático y demás poderes fàcticos, han recurrido al manejo y uso inescrupuloso de los tributos; al no cobro de impuestos y a oponerse a nuevas reformas impositivas, bajo el peregrino criterio de que se atenta contra la propiedad privada y la inversión nacional y extranjera que es el motor del desarrollo; pero no dicen que mediante estos mecanismos de política fiscal es como un Estado moderno es capaz de proporcionar obras, bienes y servicios para mejorar la vida en plenitud.

Como contrapartida a estos sinuosos argumentos se plantea que la debilidad del sistema fiscalista es uno de los principales escoyos para impulsar el desarrollo y la equidad social redistributiva; por esta razón es que el recetario de la utopía neoliberal -que promueve el achicamiento del Estado, hasta convertirlo en un musculoso enano fisicoculturista- busca a través de la mano invisible del mercado la existencia de un libre mercado como regulador de la actividad económica; y los impuestos, que deben existir a su criterio y albedrío, no deben fundamentalmente contraponerse a la sacrosanta ideología neoliberal.

La oposición a toda actividad que vaya encaminada a recaudar  eficientemente por parte del Estado, para fines que tengan que ver con políticas redistributivas de de la riqueza, es vista por la burguesía y sus agentes corporativos como dañinos a los intereses de todos aquellos acostumbrados a socializar las pérdida y a privatizar las ganancias. Siendo asì es bueno saber -puesto que en el Ecuador actual se construyen carreteras, hidroeléctricas, plantas petroquìmicas, aeropuertos, puertos marítimos escuelas, vivienda, etc., etc.- QUE LOS IMPUESTOS SIRVEN PARA CONSTRUIR LA EQUIDAD SOCIAL EN EL PAÍS.

Portoviejo, 2 de diciembre de 2011

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