INFORME SABATINO

INFORME SABATINO

Por: Iván Delgado Martínez

Se ha levantado una campaña mediática desde la oposición y desde los medios de comunicación, para cuestionar los informes sabátinos presidenciales, bajo el argumento peregrino de que Correa abusa de tal recurso para hacer campaña electoral (aunque lejana están las elecciones) y para infamar (en la "insultadera de los sábados", como dice Jorge Ortíz.) a la oposición y a la llamada "prensa libre".
No hay nada más incierto que tamaña aseveración, pues Correa, con todo derecho y haciendo uso a un recurso democrático, comparece ante el soberano para informar sobre las actividades realizadas y por realizar, para contribuir a la construcción de una PATRIA ALTIVA Y SOBERANA y ejerciendo el derecho de los ecuatorianos a la democracia participativa, popular y de nuevo contenido.

Pero para una mejor comprensión del tema, es bueno citar lo que dice José Sánchez-Parga: "Que los gobernantes informen al pueblo con veracidad sobre la real situación del país en cada momento, que comuniquen la razón o motivos de sus políticas, los procedimientos que van a adoptar y sus consecuencias, los objetivos y metas de los planes de gobierno, todo ello no sólo facilita la gobernabilidad, sino que hace más participativa a la sociedad; al proporcionar información genera opinión pública e involucra la corresponsabilidad de los ciudadanos, que en todo momento necesitan, tienen derecho y obligación, de saber cuáles son los planes del gobierno y a dónde conducen".

Es que todos aquellos (políticos, periodistas, dueños de medios, oligarcas, etc.) que se niegan a aceptar los signos de los tiempos, porque no están dispuesto a ceder sus privilegios y menos a comprender que es necesario propender a la equidad social, son individuos antidiluvianos, especie de dinosaurios políticos, que se ponen de espaldas a la historia y son incapaces de entender los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Todo esto debe pasar necesariamente por consolidar una auténtica interpretación de la democracia que, para ser real, debe ser participativa, popular y de nuevos contenidos esenciales.

Si la democracia tiene que ser real es porque ésta está obliga da a que los más bastos sectores participen activa, permanente, política e interrelacionadamente sobre las estrategias y tácticas del proceso social.

Por eso es necesaria la participación política consciente, militante y organizada para iniciar el proceso de cambio con el instrumento ideológico del Socialismo del Siglo XXI a través de la Revolución Ciudadana, en donde todos debemos participar orgánica y militantemente en este inédito proceso de cambio.