jueves, 4 de octubre de 2012

LOS POLÍTICOS Y LOS FEUDOS MEDIÁTICOS

POR: IVAN DELGADO MARTINEZ.

Los inefables aprendices a prestidigitadores de la política, que presurosos aparecen, como la "mala visión", de agoreros de la desolación y el desastre, sostienen que el gobierno de la revolución ciudadana no ha hecho nada, que las decisiones tomadas responden a improvisaciones y que, cuando de contratación pública se trata, todo es por el camino torcido del "lleve", en donde están involucrados los amigos y familiares del presidente Correa. Esto no sólo refleja desconocimiento, mala fe e ignorancia a la hora de evaluar obra gigantesca, sino también perversidad y acto calumnioso que fácilmente daría ocasión para sendos juicios penales.

Con estos deleznables argumentos, propios de quienes no tienen ética, capacidad para la denuncia documentada y menos pruebas concretas para demostrar sus cerdosas acusaciones sobre supuestas irregularidades, recurren, frecuentemente, el ludibrio y la mentira con el apoyo cómplice y militante de la gran mayoría de medios que se denominan eufemísticamente "libres" e "independiente", cuando en realidad se trata de negocios privados que hacen política de forma grosera y deshonesta.

¿Como poner freno a esta práctica burda e inmoral, cuando atrás de estos políticos descalificados está la siniestra mano oculta de los poderes invisibles? ¿De qué manera, los ciudadanos honestos, pueden enfrentar a la partidocracia cerril y a los medios privados que defienden negocios y no a la ciudadanía? La pelota está en la cancha de la Asamblea Nacional, sufriendo el boicot de los asambleistas de la oposición, que se niega aprobar un cuerpo de leyes para frenar los abusos de los sicarios de la tinta y la palabra, que dan rienda suelta a sus frustraciones y mezquindades.

Pero como hasta ahora no se vislumbran soluciones para poner freno a la canalla enseñoreada, los honestos que somos más, como reza el slogan de la revolución ciudadana, debemos utilizar métodos y sistemas alternativos de comunicación popular, como las redes sociales, el internet, etc.; así como recurrir a la plaza publica donde se delibera la democracia, para enfrentar la desinformación de los feudos mediáticos que, como es de suponer, mienten, atosigan, manipulan y demás mecanismos propios del estado de opinión contra el Estado de Derecho.

Octubre 3 del 2012

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