lunes, 9 de enero de 2012

EL DEMOCRATISMO BURGUÉS

POR: IVÁN DELGADO MARTÍNEZ

El democratismo burgués es una herramienta ideológico-política del poder oligárquico y de las naciones recipientes dominantes que nos imponen su lógica gobernante y su  visión del mundo. Y es, además, producto de un distorsionado constitucionalismo de papel y de un presidencialismo vergonzante que genera, a la postre, un parlamentarismo canibalesco y se nutre del ritual electorero, donde casi siempre sale a flote lo pezuñero y revanchista.

Estas viejas prácticas, producto del viejo pacto oligárquico liberal plutocràtico, constituyen métodos de acción ultramontanos para afianzar la matriz de dominación imperial, que unas veces representa a la vieja democracia liberal con todas sus variables (democracia tutelada, democracia escarmentada, democracia minusvalorada, etc.) y otras veces, como en el pasado, apelan a la abierta dictadura como aconteció particularmente en Amèrica Latina y el Caribe, cuando el imperio y las oligarquías sirvientes se sentían amenazados por el pueblo en su poder y sus privilegios.

No es que, como aúllan los viejos dueños de la pelota, que Correa y la revolución ciudadana pretende concentrar anti democràticamente todo poder para configurar un Estado vasallo, para servir a propósitos dictatoriales y crear, junto a Cuba, Venezuela y Bolivia, una suerte de EJE DEL MAL para implantar en América y el Caribe, junto a los  gobiernos de la región que practican el socialismo vegetariano, la "dictadura comunista regional". La realidad es que, a causa de viciosas prácticas patidocràticas, la derecha, el poder mediático y demás poderes fàcticos acorralados, víctimas de sus errores colosales, recurren a la desestabilizaciòn, al golpismo y al acoso mediático y político con apoyo del imperio y sus tentáculos. A ellos los que les preocupa, hay que decirlo con todas las letras, es que -después de haberse provocado un nuevo pacto social, que terminó con el viejo pacto oligárquico- tienen miedo del cambio de relación del poder que se viven en el país, puesto que ahora no mandan, como antes, las oligarquías y demás sectores de poder sino la ciudadanía ejerciendo la democracia participativa.

Es por eso que como último recurso y ante la pérdida de privilegios la derecha dura y la izquierda boba e inmadura se alían en burdo maridaje para, inútilmente, intentar hacer fracasar este proyecto de cambio radical, rápido y profundo que camina aceleradamente hacia la construcciòn de una Patria Altiva y Soberana. Todos ellos, puesto que por sus frutos los conoceréis, no les preocupa la inexistente concentración del poder sino, insisto, el cambio rotundo en la relación de poder para modificar viejos paradigmas de la vieja democracia de ficción que aún da duros coletazos.

Portoviejo, 1 de enero de 2012

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