IVÁN DELGADO MARTÍNEZ
Se
tiene previsto para el 2 y 3 de diciembre la creación de la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), que prescindirá, para
restarle prerrogativas a la OEA que es considerada MINISTERIO DE LAS
COLONIAS, de la terrible presión imperial, donde las Estados Unidos y
Canadá han ejercido hegemonía para manejar a su antojo las decisiones de
la OEA, en beneficio de sus particulares intereses hegemònicos en
detrimento del Sur dependiente y mal llamado subdesarrollado.
La
Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC),
que se llevará a cabo en Caracas, Venezuela, siguiendo el espíritu
libertario bolivariano, será certeza (más que simple intención) de que
los pueblos de Sur América y el Caribe han llegado a la madurez
política, económica, social y cultural para decidir su destino y
construir, ahora si, su segunda y definitiva independencia como lo
soñaron sus mártires y sus líderes.
La participaciòn total de
todos estos paìses continentales e insulares situados al Sur del Río
Grande hasta la Patagonia, para intentar constituir un organismo que
responda a los retos y exigencias históricas para superar la pobreza y
la exclusión, será respuesta frontal y contundente de que estamos listos
para superar viejos complejos que nos atan a la coyunda del imperio con
todas implicancias.
Como aporte a la estrategia, de manera
preparatoria el Consejo Suramericano de Economía y Finanza de UNASUR se
reunió en Buenos Aires, Argentina, para definir acuerdos para
desdolorizar el comercio regional y ya, como fue anunciado, se puede
definir proyectos de infraestructura para sea financiado por el Banco
del Sur, como una forma de establecer una nueva arquitectura financiera
para la región.
Este viejo anhelo de una América Latina y el
Caribe política y económicamente unido, que se remonta al boicoteado
Congreso Anfictiònico y las permanentes luchas por la Patria Grande, por
Nuestra América, etc., se está cristalizando a pesar de la política
hegemònica del "Norte brutal y revuelta..." que nos impuso su política
del garrote, su diplomacia del dólar, etc.; puesto que se viene diciendo
que "América está enferma de un destino (El Destino Manifiesto) que
forjaron en Washington".
Portoviejo, 28 de noviembre de 2011
IVÁN DELGADO MARTÍNEZ
Los
sectores poderosos (los im-exportadores, comerciantes, industriales y
banqueros) sostienen con mucha malicia que los impuestos sirven, de
manera preferencial, para engordar la caja fiscal que se utiliza para
solventar el gasto dispendioso con fines netamente electoralistas y
clientelares. Por esta razón, y escudados en falaces argumentos,
justifican su falta de cultura tributaria y su proverbial tendencia
evasora, cuando en realidad el cobro de tributos es un mecanismo que se
remonta en la historia y por el cual se dice que "el impuesto es la
deuda común del ciudadano, y el precio de las ventajas que la sociedad
proporciona".
Es cierto que tradicionalmente gobiernos
antipopulares y de derecha, casi siempre aliados a la oligarquía, al
poder mediático y demás poderes fàcticos, han recurrido al manejo y uso
inescrupuloso de los tributos; al no cobro de impuestos y a oponerse a
nuevas reformas impositivas, bajo el peregrino criterio de que se atenta
contra la propiedad privada y la inversión nacional y extranjera que es
el motor del desarrollo; pero no dicen que mediante estos mecanismos de
política fiscal es como un Estado moderno es capaz de proporcionar
obras, bienes y servicios para mejorar la vida en plenitud.
Como
contrapartida a estos sinuosos argumentos se plantea que la debilidad
del sistema fiscalista es uno de los principales escoyos para impulsar
el desarrollo y la equidad social redistributiva; por esta razón es que
el recetario de la utopía neoliberal -que promueve el achicamiento del
Estado, hasta convertirlo en un musculoso enano fisicoculturista- busca a
través de la mano invisible del mercado la existencia de un libre
mercado como regulador de la actividad económica; y los impuestos, que
deben existir a su criterio y albedrío, no deben fundamentalmente
contraponerse a la sacrosanta ideología neoliberal.
La oposición a
toda actividad que vaya encaminada a recaudar eficientemente por parte
del Estado, para fines que tengan que ver con políticas redistributivas
de de la riqueza, es vista por la burguesía y sus agentes corporativos
como dañinos a los intereses de todos aquellos acostumbrados a
socializar las pérdida y a privatizar las ganancias. Siendo asì es bueno
saber -puesto que en el Ecuador actual se construyen carreteras,
hidroeléctricas, plantas petroquìmicas, aeropuertos, puertos marítimos
escuelas, vivienda, etc., etc.- QUE LOS IMPUESTOS SIRVEN PARA CONSTRUIR
LA EQUIDAD SOCIAL EN EL PAÍS.
Portoviejo, 2 de diciembre de 2011